Comedores de basura flotantes en Baltimore que devoran toneladas de basura

El diseñador Juanjo Oliva firma la primera colección de moda hecha a base de plástico que se sube a la MBFWM

Capas, chubasqueros, monos, faldas, gabardinas, vestidos de noche. Negros, azules marinos y algún color a medio camino difícil de definir.

Líneas evocadoras de la lluvia y el océano, según aprecian quienes las contemplan. Colgadas en sus perchas, pocas horas antes de ser vistas y analizadas por los cientos de ojos que acuden a la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM), las prendas de la nueva colección del diseñador Juanjo Oliva esconden un secreto sorprendente: están confeccionadas con fibras de PET reciclado, uno de los más comunes plásticos de uso comercial. El mismo que acaba en los contenedores de basura amarillos y que el pasado martes, convertido en ropa, se subió por primera vez al gran escaparate nacional de la moda.

Oliva fue propuesto por el Comité de Sostenibilidad de la MBFWM, un órgano dependiente de Ifema y Ecoembes, organización que coordina el reciclaje de envases, para desarrollar una colección ecológica. De ahí nació OLIVA COLLECTION III, un ejemplo de confección concienciada con el despilfarro de recursos. «La industria de la moda es la segunda que más ensucia del mundo», afirma el diseñador, que se declara «inquieto» con el devenir del sector: «Somos los actores de este mundo los que tenemos que proponer soluciones. Que los consumidores sepan que se pueden producir y comprar prendas menos contaminantes».

Del contenedor a la pasarela

La materia prima empleada por Oliva recorre un largo camino hasta que llega al taller de costura. El plástico proviene de botellas tiradas al contenedor y de otros desechos que flotan en el mar, que una vez extraídos van a una planta de selección y de ahí a un reciclador. «Después un proveedor que trabaja el textil lo convierte en fibra», explica Elena López, de Ecoembes. «Y de esa fibra se extraen los hilos que, mezclados con otros sintéticos, se convierten posteriormente en tela». Un método que firmas como la española Ecoalf, que también lleva a cabo campañas de recogida en los mares, o gigantes como Levi’s y H&M, han abordado en los últimos años.

¿Alguna diferencia a la hora de cortar y coser? «No hemos encontrado ninguna particularidad. Cada material tiene su historia, eso sí, y hay que saber tratarlo», matiza Oliva. «Pero en mi taller de costura hay pocos tejidos que se les resistan a mis chicas». Su colección está compuesta en un 80% de plástico reciclado y el resto se completa con otras fibras. Al tacto, a la vista y en la pasarela es prácticamente imposible distinguir qué es qué.

Juanjo Oliva ha recogido el testigo de la alta costura sostenible. Antes de él, el madrileño Moisés Nieto, tras ganar un concurso de jóvenes diseñadores, ya presentó en 2016 una serie de camisetas de microfibras plásticas. También María Clé Leal exploró este terreno el año pasado, cuando ofreció en los Jardines de Cecilio Rodríguez una muestra de trajes reciclados inspirados en Vitoria, la ciudad donde creció. Pero la de Oliva es la primera colección en subirse al programa oficial de la MBFWM, y «la primera vez que alguien de este nivel se atreve a hacer esto», considera Elena López.

En la pasarela por la que desfila la ropa regenerada de Oliva se elevan unos tubos blancos que moldean un laberinto. Según el diseñador, hablan del momento delicado que atraviesa la moda y, por extensión, el planeta: «Para mí no hay vuelta atrás. Debemos comprometernos con el medio ambiente y sensibilizar desde la creatividad y la vanguardia».