El día 17 de mayo se celebra del Día Mundial del Reciclaje, cuyo objetivo se centra en concienciar a la sociedad de lo importante que es separar los residuos de manera correcta para frenar el cambio climático y favorecer la protección medioambiental. Reciclar reduce la contaminación, preserva los recursos naturales, contribuye al ahorro energético y reduce los costes de los bienes creados a partir de los materiales reutilizados. Y la verdad es que la sociedad española está cada vez más concienciada de los beneficios que conlleva esta práctica: según los últimos datos disponibles del MAPAMA, la tasa de reciclaje de papel y cartón, vidrio, metales, plástico y envases aumentó desde 2007 hasta 2015, en algunos casos hasta casi un 20%. Hace 20 años ciudadanos, administraciones públicas y empresas se unieron para garantizar la sostenibilidad de nuestro planeta. Desde entonces, se han reciclado más de 17 millones de toneladas de envases, evitando el aproximadamente el mismo número de toneladas de emisiones de CO2.

En 2017 se reciclaron 1,3 millones de envases de plástico, latas, briks (contenedor amarillo) y cartón y papel (contenedor azul), según el último informe anual publicado por Ecoembes. Gracias a estas cifras se ha evitado la emisión de 1 millón de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, se han ahorrado 7 millones de megabatios-hora de energía y se han conservado más de 20 millones de metros cúbicos de agua. Por otro lado, en cuanto al reciclaje de vidrio, se ha alcanzado una tasa por encima del 70%, superando en más de 10 puntos las exigencias marcadas por la Unión Europea, establecidas en el 60%. Desde que empezó la campaña de reciclaje de vidrio en los años 80 se ha evitado la emisión de CO2 equivalente a retirar 2 millones de coches, se ha ahorrado la energía necesaria para iluminar los hogares de Madrid durante 6 años y se ha impedido la extracción de un volumen de materias primas que hubiera equivalido a 3 veces el peso del Empire State.